miércoles, abril 23, 2008

189-

Esa mujer es invisible. Madre de toda una raza, atravesó los tiempos lluviosos y ateridos, con el barro hasta los tobillos; con el fuego seco del sol del verano quemándole los huesos desterrados. Dio a luz nuestras miradas furtivas, que no existían antes de ella; marcó el camino con el arrastrar de sus pasos, doloridos por las venas hinchadas. Todos la hemos seguido sin verla hasta llegar a olvidarla. Nuestra estéril vida se ha hecho de sedas blancas de desmemoria con las que recubrimos nuestros ojos hasta la ceguera. Esa mujer es invisible. Con perseverancia sabia registra nuestras inmundicias por si nuestros despojos pudieran ayudarla a reconstruirnos cuando ya no estemos. Sabe escoger lo más apropiado de cada uno de nosotros porque su amor es infinito: trozos de piel y carne; objetos que quedaron marcados por nuestro uso; envases en los que la saliva de la boca quedó sellada. Esa mujer es invisible porque no nos pide que la miremos: ya lo conoce todo de nuestra arrogancia; nos ha parido y, como madre, nos ha recorrido fiel con sus caricias, que ahora nos repugnan, cuando éramos apenas nada más que carne. Y nuestro desapego e injuria, que nos llevan a no verla, a no buscar su seno arrugado ni sus manos manchadas de edad y enfermas, son la clave de nuestra Historia. Esa mujer es invisible porque sabe que estará allí cuando nosotros seamos nuestra esencia más exacta: nada.

© TEXTO:
Pedro Ojeda.

viernes, abril 11, 2008

187- “Agente de valores buscando inversores”
La bolsa no es solo ese salón que los telediarios nos muestran treinta segundos al mediodía, y en el que una voz en off nos cuenta los avatares de las cotizaciones del IBEX 35, tras lo cual la zozobra o el entusiasmo nos invaden, haciendo que el resto del día nos tomemos la vida de diferente manera.
Pero para ellos, “agentes de bolsa”, que tan bien retrata en esta fotografía mi amigo Nacho, no hay tiempo que perder. Un avieso inversor puede aparecer en cualquier momento, y esta mujer trabaja para conseguirlo las 24 horas de su “excitante” día.

© TEXTO:
Manuel Iglesias